sábado, 29 de marzo de 2014

¿Libertad?

Hablan de vergüenza cuando a su equipo de fútbol le hacen un mal arbitraje, cuando su línea ADSL no funciona o cuando se caen redes sociales como WhatsApp, Facebook o Twitter... Pero, ¿saben qué es lo realmente vergonzoso? Lo realmente vergonzoso es que a día de hoy se siga torturando a la gente por su orientación sexual o por su manera de pensar. Hace unos días vi una noticia en un periódico digital que me puso los pelos de punta, y no es para menos, la verdad, y más aún cuando al meterme en otra página me encontré un vídeo donde se veía la brutalidad que se cometió. Me refiero a lo sucedido el pasado 27 de febrero en Uganda. Mucho no sabréis ni siquiera de qué hablo, pues bien, os lo cuento:
Resulta que el pasado mes se aprobó en Uganda una ley "anti-homosexualidad" (por así decirlo) en ella se establecen castigos severos e incluso cadena perpetua para las personas homosexuales - sí señores, una cosa muy del siglo XXI - en fin, el caso es que después de aprobar dicha ley, unos cuantos personajes (porque no tienen otro nombre) decidieron tomarse la justicia por su mano, y ante la mirada de una gran masa de gente, entre las que se incluían niños y adolescentes, quemaron vivo a un homosexual de su propia raza y pueblo. Nadie de los allí presentes hizo nada por impedirlo, es más, todos se quedaron a observar como ese pobre hombre se retorcía de dolor; y todo esto por el hecho de ser gay ¡menuda amenaza para la población! Claro, hombre, lo mejor es acabar con ellos. (Una vez más, espero que sepan entender mi ironía)
Esto es lo realmente vergonzoso, no las pequeñeces por las que nos indignamos a diario. Que un pueblo entero esté viendo como queman a uno de sus paisanos ante sus propios ojos, por el simple hecho de tener una orientación sexual diferente y que ninguno de ellos sea capaz de parar esa barbaridad ¿pero en qué nos estamos convirtiendo, señores? Son culturas diferentes a la nuestra, sí, pero ¿y qué? ¿Acaso tienen derecho a decidir cuando termina la vida de alguien y por qué? No creo yo que nadie sea tan poderoso para eso. La vida es la única que decide aquí, ni el rico ni el pobre deberían poder cambiar eso.
Pero esto no queda aquí, mi mayor sorpresa fue cuando me metí en un foro en el que aparecía la noticia, y por curiosidad me puse a leer los comentarios, pues bien, me encontré "perlitas" como éstas:

        "Son sus costumbres y hay que respetarlas"
        "Muy buena razón para quemarlos, sin duda"
        "A esos habría que matarlos a todos"
        "Y pensar que podrían haber entrado muchos de esos entre los 250 que intentaron saltar la valla el fin de semana..."
        "Es cierto que la homosexualidad debe controlarse, ya que es perjudicial para la humanidad. Pero es de matar no" 
        "No hay que quemarlos, hay que alejarlos de la sociedad normal y encerrarlos"

     
Creo que sobran las palabras. Éstos que piensan que la homosexualidad es una enfermedad, que habría que acabar con ellos, que no merecen ser llamados personas, etc...¿sabéis qué? que los únicos ENFERMOS aquí sois VOSOTROS. Es indignante tener que leer estas noticias y además tener que aguantar comentarios como éstos. No sé a dónde pretendemos llegar como sigamos así, pero ya os digo yo que a nada bueno.

PD: Me he ahorrado el poner la foto, porque creo que es bastante dura. Pero aún así, si alguien quiere echarle un vistazo a la noticia completa, aquí os dejo el enlace:

La vanguardia

1 comentario:

  1. Estoy contigo y subrayo cada palabra tuya. Es importante que se escuche la voz de quienes condenamos estos actos propios de la edad de Piedra, de gente que no ha evolucionado en el aspecto humano. Son seres salvajes, animales, que se guían más por un instinto primitivo de odio a todo lo que no sea exactamente igual a ellos, que seres humanos, seres capaces de aceptar otros pensamientos y otras orientaciones distintas a las nuestras, basándonos en el respeto mutuo y en la convivencia social. Bueno, mejor no sigo que me pongo más triste. Un besito sobri y sigue con tus reflexiones, que te honran muchísimo.

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